"Hospital Saṃsãra": ¿¿Por qué quiero mi libro esté en la Biblioteca "María Meleck Vivanco"??
Ahí vamos:
1) Me gustaría que "Hospital Saṃsãra" llegue al Taller de Poesía del Moyano porque creo que es un libro divertido, al menos yo me divertí mucho escribiéndolo, y a la vez fue para mí una forma de exorcizar muchos "demonios" (miedos, obsesiones, experiencias traumáticas). Creo que de alguna manera además pude dejar planteadas algunas preguntas que son incómodas como: ¿cuál es la frontera entre la enfermedad y la sanidad?, y esta pregunta me la planteo tanto en lo físico como en lo psíquico y lo espiritual, quizá. Creo que en ese sentido puede abrir un poco de debate o al menos una charla animada.
2) El Taller me lo imagino lleno de vida. Sin dudar. Creo que cuando uno está en una situación de internación por los motivos que sean, los pasatiempos deben ser lo que hacen los días llevaderos, juegos de mesa, televisión, caminatas. Y un taller puede formar parte de eso pero a la vez ser mucho más. Puede ser una verdadera forma de trascender la rutina.
Creo que la palabra poética tiene un poder, sin exagerar, que puede sanar, o por lo menos ayudar, ayudarnos a los que escribimos, a los que leemos.
3) Acá va el fragmento de lo que leí ayer en el ciclo:
112.
Todos estos relatos son tan verídicos como el emplazamiento
del mismo "Hospital Saṃsãra": sus muros, sus camas, sus
muertos… Y no por ser reales dejan de ser una suerte de
“Cautionary Tales”. Fábulas sobre los peligros de la vida para
contener y educar a los niños pequeños. Para trabajar sus
traumas. Educar sus impulsos y ansiedades.
Con el tiempo, sin embargo, muchos de ellos han perdido
el poder de aterrorizar. Se han vuelto objeto de risa, en los
mejores casos. A decir verdad, ya casi nadie lee estos cuentos
en las guarderías.
Los relatos de "Hospital Saṃsãra" se han reemplazado por un
juego mucho más pragmático: “La carrera de monstruos”.
Se trata de una jornada recreativa donde los adultos –médicos,
padres y pacientes– se colocan máscaras grotescas, aterrorizantes de
figuras antropomórficas. Así, esperan agazapados y persiguen a los
niños por los laberínticos pasillos del hospital. Los niños corren,
gritan y de esa manera, hacen catarsis de sus miedos más primarios.
En determinados momentos, sin embargo, los alaridos de
terror agudos, se confunden con las risas burlonas.
Algunos adultos participantes del juego han reportado
sentirse confundidos y hasta perturbados. Han tenido síntomas
como mareos, perdidas momentáneas del conocimiento y
sensación de paranoia.
Pasa en este hospital, como en las aulas o en el seno mismo
del hogar, cuando un adulto cree detentar un poder en el
conocimiento, siempre hay un momento donde sospecha que sus
enseñanzas se han vuelto obsoletas. El instante de la revelación
produce pánico y vergüenza.
Por suerte ahí está la máscara grotesca, mediando entre las
apariencias y la verdad.
Tengo una sorpresa para todos:
Para la presentación del libro filmé un corto sobre un relato, precisamente ahí:
https://www.facebook.com/gabriela.oyola/videos/10207866229154885/
Si alguien tiene Facebook se puede ver en ese link, sino les paso el archivo y lo descargan.
un gran abrazo,
Pablo Müllner
NOTA: para ver el video en youtube el enlace es:
https://youtu.be/5FDh9mOxPpQ
PD: te mencioné tres rockeros argentinos, también me gusta mucho Rosario Bléfari, quizá más que Fabi o Gustavo, no sé por qué no la nombré creo que es maravillosa.
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