Sobre “Encontradas y Perdidas”
“Encontradas y Perdidas” no fue pensado como libro, sino como relatos separados que fueron creados a partir de mis clases con Karina Maccio. Algunos surgieron de consignas, otros de historias que viví o escuché, algunas de ideas a partir de situaciones de la vida. En los relatos experimenté distintos recursos literarios como escribir utilizando pensamiento libre, primera y tercera persona, incorporar música, sonidos, fantasía. Cada uno fue disfrutado en cada parte de su creación y me enriqueció muchísimo en mi aprendizaje de la escritura.
Un día nos dimos cuenta con Karina de que si bien cada historia tenía su particularidad, todas tenían un punto en común: eran relatos de mujeres en una situación límite de sus vidas, mujeres que debían enfrentar el mundo, en un mundo que no estaba preparado para ellas, y decidirse a jugárselas y dar un giro.
El nombre no fue difícil, salió solo, naturalmente. El título muestra la esencia de estos relatos, de estas mujeres que constantemente se encuentran y se pierden en la búsqueda de respeto, de un lugar, de ser ellas mismas.
Son ocho relatos, el primero de ellos con tres historias ambientadas en una estación de tren. Tenemos quien sufre la primera decepción en el amor, la que huye de un marido abusivo, quien enfrenta al cáncer, la que experimenta su primera experiencia laboral en un entorno explotador, está también la empresaria que es despedida, la mujer que por vivir un mundo superficial descubre que tiene sentimientos que pujan por salir, una madre que enfrenta al cáncer, la que la secuestran a su hija, y otras historias más.
Así llegó y se presenta ante los lectores mi libro, este libro de relatos de mujeres que luchan, sufren, enfrentan, buscan, aman, caen y se levantan, mujeres “Encontradas y Perdidas”.
Andrea Larrieu
Les dejo un fragmento de tres relatos del libro:
El otro
Lo descubrió cuando se levantó. Las luces blancas que rodeaban el enorme espejo del baño estaban encendidas, abrió los grifos de plata, y se miró buscando acomodar los cabellos alisados por su estilista. Sintió un cosquilleo en la frente, una molestia. Era imposible que su cutis liso, cubierto con capas de cremas y maquillajes especiales, pudiese recibir a un invasor que arruinase la perfección de sus poros. Corrió el flequillo. Lo vio en el espejo. La confusión asaltó sus pensamientos. Estaba inmóvil, cerrado, por lo que dudó si no sería una cicatriz, alguna protuberancia desagradable, o lo que era peor, una arruga enorme. Cuando lo tocó, se abrió al instante. Retiró la mano asustada. Pestañeaba, pero no se movía. Era como un diamante verde incrustado en la frente, pero con vida. A Inés le había crecido otro ojo. (…)
Ella
(…) Las cosas no sucedieron como esperaba, ella ya me había encontrado, y yo no me había dado cuenta. Se había camuflado en mi sombra para pasar desapercibida.
El médico se tomó su tiempo para leer los estudios. Lo observaba mientras mi pierna se movía con un ritmo imaginario. Iba a llegar tarde para cocinar, los chicos estarían cansados, tenía que revisar los cuadernos, preparar las mochilas, seguro terminaría comprando una pizza. Me llamó la atención un destello trágico en su mirada, una incomodidad de su cuerpo como si la silla tuviera clavos. Dejé de pensar en mi mundo y me concentré en el doctor. Por primera vez te preocupaste, quizás ella salió de tu sombra y te susurró algo al oído. Cuando escuché el tono de voz pausado de mi doctor, supe que algo no andaba bien.
Tiene cáncer.
Aunque quiso, no lo pudo suavizar. Intentó tranquilizarme aunque yo apenas estaba alterada. No me gustó esa enfermedad, pero tampoco la quise incorporar a mi existencia. Todavía no. (…)
Oscurecida
No sos una mujer hermosa, si pienso en la vara con que se mide la belleza, si te comparo con las modelos que desfilan por las pasarelas, con las artistas de pechos grandes y cintura diminuta que salen por la televisión.
No sos una piba. Te miro, y con tus cincuenta y tantos años parecería que el mundo se te vino encima.
Sos autóctona, de pelo azabache, enrulado, revuelto, con ojos negros y piel mate. Sos una mujer oscurecida.
Sin embargo, nada de eso te detiene. Levantás la cabeza cuando te hago preguntas, acotás con frases cortas y concisas el discurso tan distendido de tu marido. Me mirás con tus ojos de noche sin tratar de ocultarte. Hasta me sonreíste, con resignación y simpleza, mostrándome sin vergüenza la falta de dientes.
No es que me lo hayas dicho, ni expresado con tu cara o con tu cuerpo. Lo sé, se te nota. Algo en vos habla aunque sea sin palabras, tu piel exhala un halo de misterio, ése que nos cuenta de dolores, de una historia que seguro no fue nada fácil. Me intriga saber de vos y no puedo evitarlo. (…)
María Victoria Verzura
sobre "Sentir óseo"
Ahhh que lindo! Gracias! es súper emocionante saber que anda por ahí dando vueltas y que alguien lo puede leer.
En realidad escribo desde la primaria, y tenía muchos textos que no tenían conexión, que iban quedando por ahí perdidos hasta que en un momento de mi vida tu un accidente muy bobo pero con consecuencias complicadas y empecé a escribir y no podía parar y fue como que todos los textos empezaron a acomodarse y amalgamarse.
Y ese momento de dolor dio origen a "Sentir Óseo".
Tiene tres series, la primera que habla mucho sobre lo cotidiano, la rutina, el trabajo, la gente que nos saca. La segunda es bien sobre el accidente que tuve y la última es como el comienzo de una nueva etapa, de una nueva victoria, es como la revancha y el haber superado esos obstáculos que dejó el accidente.
El título tiene que ver mucho con la sensación de romperse y sobre todo bien lo físico como son los huesos y también con el tiempo que perdemos en nuestras vidas con rutinas, broncas, etc…
Hoy en día estoy trabajando como dos lugares, el de las cosas que me pasan a mí y de las que no…
Está próximo a editar "Huella" que es un libro sobre instantes que hace un paralelismo entre la literatura y la fotografía.
Y actualmente estoy escribiendo mi primera serie de poesía erótica.
Bueno espero no haber aburrido, besos... y comparto unos textos del libro.
Victoria
Acallada calma
tormenta en puerta
el río casi plano
tierra agua
se desplaza
casi en el lugar
el muelle está lleno de pescadores
uno saca un pez que guarda en una bolsa
-a veces no hay resistencia que alcance-
la tarde gris se empaña tras los vidrios del auto
unos mates acompañan
mientras los demás algo hablan
mi celular me ayuda a registrar el instante
un bote cruza de derecha a izquierda
hasta que se pierde entre la bruma
el cielo es amenazante
continuo sonar de truenos
se mezclan
con alguna melodía
y el suave oleaje
Ángel blanco
pelo pelusa
tan tiernito sos
tan dulcemente amado
si pudiera expresarte
todo mi amor
no alcanzarían las frases
ni el tiempo
sos más que todo
que un todo
que alguna vez soñé
proyecté
hoy mil veces más bello más puro
¿y cómo me imaginaba cuidate?
tal vez mucho menos que lo real
el tiempo no tiene ritmo
al verte
sentirte
escucharte
tocarte
nuestro parecido
parte mía y no tanto
ya sos vos mismo
recorriendo de a pasitos cortos
los caminos nuevos
de tu principiante vida
seremos tu custodia
tu guía
tu apoyo
seremos tu contención
te llenaremos de amor
de paz
seremos por siempre
tus padres
Esa perfección
vuelo puro
y atrás un celeste nítido
perfecto
sin manchas
viento justo
dentro del movimiento
hay un instante en que los elementos
están en equilibrio
pájaros contornean en bandadas
rodeando pequeñas nubes
nubes niñas
blanco pulcro
cada parte hace al todo
nada desentona
belleza natural
Ésta es mi alma
ésta es mi luz
éste es mi soplo en ti.
Ya no importa tanto mi cuerpo
ni la sensación vacía
del físico en cambio
tampoco importa tu tamaño
apenas diminuto
pero tan marcado
precisos latidos
tu forma
mínima y perfecta
esa luz que le llevás a mi alma
esa ventana entreabierta
que despierta todo en mí
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21 h ·
Empezar el año con mi libro abierto a nuevas y maravillosas lectoras me llena de emoción. Gracias Daniel Gradar por este maravilloso trabajo que hacés.
Daniel Gradar
23 h ·
“Encontradas y Perdidas” (libro de Andrea Larrieu) y "Sentir óseo" (libro de María Victoria Verzura) de "Viajera Editorial" son parte de la Biblioteca "María Meleck Vivanco" del Taller de Poesía de APOA en el Hospital Moyano... y sus autoras los acompañan en la entrada a la Biblioteca... ¡¡comparto el enlace para ver sus palabras y sus textos!! con Karina Maccio, Marcela Manuel, Eugenia Coiro, Virginia Janza y Cayetano Zemborain