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Reunión miércoles 20-03-2019: la mirada de Analía de la Fuente + los comentarios en facebook

Analía de la Fuente
23 de marzo a las 11:42

Equinoccio de Marzo/2mil19

Ayer me tocó asistir al encuentro del taller de poesía que Daniel Gradar (Daniel Grad) coordina en el Hospital Moyano hace más de una década.


Agradezco enormemente la invitación por varios motivos: en los tiempos que corren se hace difícil seguir creyendo, creer en que mantenernos firmes en nuestros valores tiene algún sentido, creer que, pese a la vorágine que intenta devorarnos, seguir edificando ahí aún tiene una poderosa razón de ser. Los tiempos que nos tocan se caracterizan por un individualismo feroz y un consumismo rapaz, plagados ellos por apuros indeterminados e indefinidos pero constantes (hace tanto que no vemos al árbol ni al bosque), por el agotamiento de lo humano que obedece a la falta generalizada de tiempo, esa gran trampa llamada tiempo. En este contexto, en la Argentina del siglo XXI, en tiempos de Cambiemos y el mejor equipo de los últimos 50 años, todavía hay quienes eligen creer y tender puentes, dar la mano, en general, pero, por sobre todo, en los rincones donde habitan los olvidados, los solos, los parias, aquellos quienes no encajan en la normalidad de la época, los que quedan en las afueras de los estándares esperables que para lo humano los usos y costumbres, las leyes y sus jueces, determinan.



Ayer asistí al Taller de Poesía del Moyano sin saber muy bien frente a qué incomodidades podría encontrarme, frente a qué de mí misma me opondría por ser yo también parte de ese olvido y esa omisión que la vida actual ejerce en los márgenes. Y pasó que desde que entramos al colosal edificio, Daniel iba saludando por acá y por allá a todos con quienes se cruzaba, deteniéndose en cada pequeña charla, presentándonos a nosotros los invitados (5 personas que por algún u otro motivo siente cercanía con eso que llamamos poema) y a quienes forman parte de la vida diaria del hospicio. Los que conocen a Daniel saben de su particular forma de entonar las frases, de la calidez y la calma de su habla que, ayer entendí, es parte fundamental del gran trabajo que sostiene a lo largo del tiempo y el espacio del Moyano. No hay en Daniel indicio alguno de urgencia, estamos donde debemos estar, haciendo lo que hay que hacer. Transgrede así los lugares comunes de su época. Y contagia esa sana rebeldía y entonces nos lleva por acá y por allá, y vemos los talleres de telar, de bolsas o de pintura, que hay en el primer piso de uno de los pabellones, observamos cuadros, imágenes y frases que pueden apreciarse en los pasillos, obra de las mujeres que por allí pasan o permanecen. Compartimos, sin prisa, las impresiones sobre varios de los bastidores que alegran el ir y venir de la creatividad y sus manifestaciones, apreciamos los talleres que funcionan ni más ni menos que gracias a una asociación Cooperadora más, una de tantas, ejemplo de voluntad y reunión, de esfuerzo y tenacidad.



Finalmente, llegamos adonde tendría lugar el encuentro con las mujeres -todas ellas pertenecientes al grupo de Terapia a Corto Plazo- interesadas o en la palabra o en compartir un momento con alguien que se acerca a visitarlas con las ganas de hacerlo. Tras las presentaciones, Daniel evocaba junto a ellas palabras y momentos de encuentros anteriores, el nombre propio de una paciente a quien ya habían dado el alta, Gimena, la de la luz en los ojos, la arremetedora -de modos similares cuya exactitud se pierde en mi memoria la llamaban- porque se encargaba muchas veces de dar ánimos a sus compañeras, de insistir para que la lucha de las otras persistiera y permanezca pese a tanto. Recordaron también a Carola, quien había dejado algunas palabras que servirían de puntapié inicial a varios textos de Eliane, una joven delgadísima, fina en su figura y en sus expresiones, que entró tímidamente abrazando su cuaderno, acunando los mares de palabras que fluyen en la estadía de su tratamiento. Eliane, la del fucsia calmo en su mechón de pelo, un fucsia tranquilo así denominado por el ojo aguzado de Alicia Saliva, invitada permanente, quien acompaña a Daniel desde que él la invitara por primera vez hace unos cuantos meses ("llegué y no pude irme" fue su respuesta ante mi curiosidad). Decía, antes de perderme en otro paréntesis, algo sobre la calma del fucsia, protagonista de varios escritos nacidos la mañana de ayer, en una sala amplia y luminosa del Moyano, en la víspera de este otoño nuevo, sobre una mesa larga de madera: "Con esos ojos ¿le vas a discutir al fucsia?". El tiempo dejó de existir, porque éramos, las chicas de Terapia de Corto Plazo, algunas que entraban y salían, Eliane, que quizá salía o se alejaba un momento, Ruth, que se retiró en el momento de escribir y regresó sobre el final, otras que permanecieron solo un rato, Rebeca, Karina, Lara, Natalia con su mate mágico anexo y siempre dispuesto a ser compartido, las que se quedaron durante ese tiempo sin tiempo a esa caza furtiva de sonidos, a esa pesca de palabras que aleteaban a nuestro alrededor: María Laura, Cielo. Pudimos, los 5 invitados, les coordinadores y ellas, celebrar la comunión del diálogo cuando el diálogo es fecundo, porque se escucha, porque el yo sale por un rato a pasear su ego dejando de sí sólo su interés por el otro. Ese ir y venir por el encuentro, las apariciones de cada mujer que se acercó por segundos o de a ratos, nos hablan de una lógica ajena a la vida en la urbe y en el globo, de una, si se quiere, ilógica escapista, en el mejor de los sentidos, y salvadora, de un momento de calma y sanación. Cada aparición fue bienvenida con el tono amable de Daniel, con la sonrisa de Alicia, con la mirada de quienes asistimos "de paso" al Taller.



Ayer, en algún momento recordé la primera sorpresa que iba a llevarme de esa cita. Cuando Daniel me invitó, no sé por qué, acaso habrá intuido algo de mi parte más rudimentaria, me preguntó: ¿Sabés que hay ahí? Se refería al Moyano. Incrédula, me quedé callada, y ante la grandeza del silencio dije: "pacientes psiquiátricas y médicos...". Me quedé pensando. Brotó la incomodidad a avisarme algo. Toc-toc. No tardé ni un segundo en salir de mí para juzgarme y volver a mí y tratar de comprender. El diálogo ameno que veníamos llevando tras años de no vernos me había sacudido. "Mujeres", me dijo enseguida. "Mujeres", me dije para mí en silencio. En el Hospital Moyano hay mujeres, viven mujeres, algunas por un tiempo breve, otras por años, décadas, quién sabe cuántos fragmentos de vidas pasan y pasaron por sus pasillos. Mujeres a las que reduje a "pacientes psiquiátricas", a pesar de tanto análisis sociológico sobre los márgenes, a pesar de tanta disconformidad hacia los órdenes que esta vida actual nos impone. A pesar de tanto, esa lógica que me es ajena, ese orden que no me representa está dentro de mí y se expresa en mí. El sacudón me invitó a quedarme un rato pensando, y pasaron los días para que siguiera urdiendo ahí, en ese recoveco donde mi mundo ideal y yo nos desfasamos y alejamos. Entonces vuelvo a sentirme honrada y agradecida por haber sido testigo en un espacio de gracia donde lo humano ocurre y dignifica, donde dar es real y la palabra echa raíces y vuela.-



Analía de la Fuente
Jueves 21 de marzo de 2019

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Laura Nores Bella! Sensible. Llegaste y volverás, seguramente.

Analía de la Fuente Laura Nores Ojalá... abrazo, Lau. Siempre con ganas de reencontrarnos, eh

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Ely Lafuente Que Bella Ani!
Tus palabras te representan♡
Alma noble♡
Mujer fuerte♡
Gracias por dejarte leer♡.

Analía de la Fuente Ely Lafuente gracias a vos, Ely, mujer fuerte y alma noble :)

Jane Roux Analia Linda! Q bien escribes! Y q profundo lo q expresas!
Debieras venir a vivir a Mendoza donde el ritmo es diferente. Hay calma, no se ve a la gente estresada ni apurada, hay tiempo para el otro y para uno!
A mediodía se cierran casi todos los negocios por la siesta q es religión.
Todo aquí es tranquilo.
La gente se toma su tiempo para compartir sus historias..
todavía hay esperanzas...!!!🥰👋👋👋😘👍

Nanu Davidovich Borin Analía de la Fuente impecable analisis , me hiciste viajar a traves de tu escritura . Y me tocaste el corazon . Segui regalandonos tus escritos se necesitan !

Analía de la Fuente Nanu Davidovich Borin Gracias por tus palabras, fue un momento de encuentro en que decantaron muchas cosas a la vez, Nanu

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Vilma Sastre Analía qué forma más poética de describir ese lugar, su gente, Daniel, hasta sus olores. Se que volverás, y de ser así, y se puede, llamame. Me gustaría vivir tu experiencia. Un beso enorme para vos, Pedro y tus hijos

Analía de la Fuente Vilma Sastre beso enorme y, claro, si vuelvo te chisto. Seguro combinás con Daniel Gradar si sabe de tu interés. Cariños de la flia



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Debora Flor dijo...
Qué hermosa descripción, se me erizó la piel, por un momento volví a estar en esos pasillos, salas y comedor. Con el termo de taragüi y el humo de cigarrillo que envuelve el ambiente ruidoso, pero en muchos sentidos carente de palabras

11 de abril de 2019, 15:40

Reunión miércoles 20-03-2019: la mirada de María Victoria Baschiera

De chica siempre dije saber que de adulta querría llevar adelante talleres literarios en espacios donde continuamente los pensé necesarios. Me refiero, más específicamente, a establecimientos tales como cárceles, hospitales, geriátricos, etc.: instituciones sociales, políticas y culturales que nos rodean y categorizan hoy, y cuyo fin o tratamiento se desvirtuó tanto que daría la impresión de que olvidaron por qué se crearon en un primer lugar. Manteniendo a sus internos encerrados y desconectados de la realidad que hay por fuera del edificio, pareciera que dichas instituciones no estuvieran hechas para sacar adelante a quienes las habitan. A veces siento que lejos de brindar algún tipo de ¨mejora¨ para el ¨paciente¨, más bien excluyen, retienen, medican (o drogan) y castigan. Encuentro mi manera de aportar, para mejorar en un alguito esa forma de vida, al mostrar aquello que un poco salva la mía: leer y escribir. Y utilizar, así, a la literatura en todas sus formas. Ya sea como manera de expresión o de escape, como ordenamiento de la cabeza, o como discurso político o de lucha.


De eso se trata el taller brindado por Daniel Grad en el Hospital Moyano. Creando un ambiente bellísimo y sumamente acogedor, las mujeres del hospital encuentran dos horas al día un miércoles cada dos semanas un espacio que las aleja de esa burbuja que se ha convertido en su realidad, y las libera de la misma. En ese rato, Daniel consigue concentrar sus mentes en otra cosa. Y bien puede ser que sea en eso mismo que hace tiempo las atormenta. ¿Pero no es la literatura también una revelación y una conexión con esa parte más oscura y profunda de cada uno? ¿No se trata de una manera de soltar que nos ayuda a ver con claridad aquello que nos está enfermando y consumiendo? Hablar de una cura me parece utópico, pero sí afirmo y creo en la literatura como una terapia. Eso es el taller: se trata de la poesía como forma de sanar, como un remedio alternativo a los que el hospital brinda cuando Daniel se va. En estos pasillos, frente a la pastilla que nubla, encontramos a la palabra que despierta.



Las chicas, algunas con historias muy duras, le sacan provecho al máximo. El talento que se encuentra es increíble y escucharlas confirma mis ideas sobre el poder sanador de la escritura. Pispeando de reojo los escritos de Eliane, una de las pacientes sentadas al lado mío, todavía recuerdo frases como ¨¿Y vos, Diego? ¿Sos culpable?¨ y pienso que qué mejor remedio que el de decir las cosas que uno se calla, y que qué bueno poder decirlas, si estoy imposibilitada para hacerlo de manera literal, por lo menos con un lápiz y un papel. Eso es lo que les da Daniel.



Escribir no sólo nos saca de adentro eso que nos está pasando, sino que al leerlo nos facilita, también, el comunicarlo. Es ahí en donde encuentro el otro logro del taller. Dentro de un estado de aislamiento para con familiares, cariños y amores, el poder conectarse con alguien más quizás sea lo más rescatable, lo más necesitado. El miércoles pasado encontré otra manera de conectarse con la realidad, pero por sobre todas las cosas encontré compañía y conexión con el otro, que muchas veces es lo que nos falta. Recuerdo que al final del taller Daniel nos pidió que pensáramos tres palabras con las que nos íbamos, y una de las mías fue abrazo. Eso sentí. Abrazos y más abrazos.


A pesar de todo lo dicho al principio, me maravilló lo bien que encontré al hospital, así como también la cantidad de talleres y movimientos que las mujeres tienen para mantenerse activas y creativas. Son este tipo de voluntades y fortalezas las que ayudan a que en estos mundos todo sea un poquito menos peor. La realidad del otro te abre los ojos, te conecta, te despierta y te hace querer vivir. Me gusta pensar que eso ocurrió para ambas partes, tanto para quienes fuimos a presenciar y vivir el taller, como para las chicas del hospital que asistieron a él. Estoy segura de que así fue.

María Victoria Baschiera



HACER VISIBLES LOS COMENTARIOS:

analía de la fuente dijo...
Hermosa crónica y gran análisis de aquella mañana, Victoria. Abrazo.

26 de marzo de 2019, 15:55


Alicia dijo...
Sí! La misma frescura en tus palabras que en la mirada con la que recibías todo lo que pasaba esa mañana. Gracias Victoria!!

27 de marzo de 2019, 8:09


Debora Flor dijo...
Muy emocionante relato

11 de abril de 2019, 15:53


A MANERA DE POSDATA:
EL ANTICIPO DE ALGUNAS IMÁGENES QUE SERÁN PARTE DEL NUEVO NÚMERO DE LA REVISTA "LA GUILLOTINA" (de APOA):

Compartimos una invitación del Servicio de Rehabilitación: Laboratorio de Arte Inclusivo Comunitario


L.A.I.C.

Laboratorio de arte inclusivo comunitario

Es un espacio de expresión visual colectiva del Servicio de Rehabilitación del Hospital Moyano, en el marco del Programa de Inclusión Sociocultural de la Dirección General de Salud Mental del Ministerio de Salud (DGSAM).

Dirigido a personas con o sin padecimiento psíquico y artistas visuales que se interesen en la propuesta.

El taller utiliza recursos de Historia del arte, literatura y debates, para generar oportunidades de exploración del Arte y su expresión colectiva.

No se requiere experiencia previa. Gratuito

Lunes de 10:30 a 12:30 en La Fundación Lebensohn
Marcelo T. de Alvear 1560 2do piso - Palacio Piccaluga. CABA

Coordinadora: T.O. Avilés Andrea Verónica
E- mail: eltallerdeexpresiónplastica@gmail.com.ar
Tel: 4301-3655/59. int. 307/308.

Inscripción: 15 de Abril de 2019 en la Fundación. Pasado ese día, puede acercarse al Palacio Piccaluga en el horario de taller, o bien concurrir al Servicio de Rehabilitación del Hospital Moyano los días jueves de 9 a 12.

Gracias Débora Flor!!... por compartir un poema!!

Hola señor de los miércoles. En el blog de APOA me dijo que si quería podía compartir mis escritos por mail. dejo uno. Débora Flor.


COLORES

Hilando recuerdos
Concluyo espantada
Que fuiste poco
O menos que nada

Belleza horrorosa
es tu mirada
Vanidad y engaño
son tus palabras

Sabiendo que soy mucho
me vendí por migajas
Dejé que entren
tus dudas plantadas

Vestida de blanco
terminé enredada
Mi alma de negro,
está mejor representada

¿No son los colores
sustancia y pigmento?
Hoy me veo de rojo,
pues sangra mi cuerpo

Me arrastro y retiro,
muy lejos no puedo
¡Ya me venciste!
Sola muero

Reunión miércoles 20-03-2019: la mirada de Estela Barrenechea

Hola Daniel, escuché tus mensajitos de voz. Te quiero contar que hacía tiempo que tenía ganas de ir, no se daba la ocasión, sobretodo en estos últimos años.

Este mes de marzo estaba más tranquila y me pareció espléndido poder ir a tu Taller. Yo he ido al Moyano en distintas oportunidades que tenían que ver con mis estudios y mi docencia.



Ayer lo encontré diferente, o tal vez lo vi con otros ojos. El lugar donde realizás el trabajo del Taller es muy pero muy acogedor; es cierto que esas alas son de terapia a corto plazo y están muy bien acondicionadas.

Me gustó mucho la calidez del ambiente y ese amplio pasillo con los cuadros colgados en las paredes hicieron que me interesara aún más por el trabajo de las pacientes.


El trabajo que hicimos entre todo el grupo me resultó buenísimo, hacía mucho tiempo que yo no trabajaba en talleres literarios grupales.

Lo llevás realmente muy bien y es todo un logro las cosas que van saliendo a partir de las palabras.

Me sentí en comunión con las pacientes y me alegré mucho de poder poner una mini prosa.


Algunas de estas chicas logran cosas literarias muy interesantes y se ve que les hace maravilloso poder escribir y relatar sus sentimientos y pensamientos.

Valoro mucho el trabajo que has hecho durante todos estos años.

Un gran abrazo y muchas gracias.
Estela Barrenechea







Reunión miércoles 20-03-2019: la mirada de Alicia Saliva (en imágenes)... y Ana.


Llegando 


en ascenso 


puertas abiertas 


más puertas 


una mujer en los Talleres Protegidos 


macetas en los Talleres Protegidos 


así somos (con perrx) en los Talleres Protegidos 


“Mujer al viento” en los Talleres Protegidos 


telar en los Talleres Protegidos 


un barco en los Talleres Protegidos 


la sala de costura en los Talleres Protegidos 


una ventana en los Talleres Protegidos 


otro cuadro (en Corto PLazo) 


pasillo con ropa y habitación en Corto Plazo 


papeles en el Taller de Poesía 


con Javier 


con Eliane 


con palabras 


con birome 


con Gloria y Daniel 


con otro texto (y Javier) 


con Cielo 


con cuaderno 


con Analía 


con más Cielo 


con Eliane y Victoria 


con un poco de silencio 


con tatuaje (en el bar) 


... y un cielo para Ana!!