por Juana Guaraglia.
Fotos: Inés Cuello + Giselle Giarrizzo
Hace rato que quería acercarme a la labor del amigo poeta Daniel Grad en el Moyano. Este miércoles 24 se trataba de una mañana fría y mientras cruzábamos el jardín añoso del Hospital con un par de pesadas cajas de libros, nos sorprendió la calidez del entorno. Cuando llegamos al 2do. piso escuchamos los últimos trinos dulces de Ani.
Si bien barajaba varios actos creativos, desdeñé algunos y quise ser fiel al espíritu de mi madre. Así que simplemente compartimos los libros entre un puñado de sus amigos (que vinieron en bondi y a pesar de sus nanas como Susana o incluso como Anita desde sitios remotos) para que fueran colocados en la Biblioteca.
Dimos a Gi y a Inés la misión secreta de intercalar estampas de los santitos de María al tun tun entre las páginas y Virgi le encendió una vela a su retrato itinerante.
Había llevado una carpeta con algunos poemas manuscritos para regalar a manera de souvenir y pronto se convirtieron en un abanico sobre la mesa. Teniendo en cuenta que “Karim”* era amiguera y buena anfitriona, pensé que era importante compartir alguna de sus costumbres. Así que rodaron los alfajorcitos de maicena amasados por Gi y las infusiones calentitas mientras Leticia y Montse se intercambiaban sus últimos libros.
Escuchamos a Ica Novo con atención porque las puertas estaban abiertas y daban a pasillos transitados. Hace rato que Ica viene musicalizando e interpretando los poemas de María con el talento de volver trasparente al hermetismo. El músico estaba emocionado y fue de todos quien derramó una lágrima y nos compartió una confesión de su tía, aquella de que en su remoto valle natal de Tras las sierras “cuando conoció al surrealismo se le complicó el monte”.
Dani apadrinaba la reunión y podía palparse el inmenso cariño y respeto por las integrantes del Taller. El poeta lo dirige desde el 2007 en una labor apasionada. Congrega a las internas para compartir un espacio de estimulación personal y de expresión integral que es especialmente rico en contención y afecto. Y en las madrugadas, aprovecha su insomnio para nutrir el blog que tiene a las poetas del Taller como protagonistas.
¿Quién no se lo cruzó en algún evento con su grabador, robando un saludo a los ilustres para las poetas del Moyano? Unas palabras desde la otra orilla (la de la auto realización) a manera de aliento.
Sigue la mañana y vuelve a cantar Ani con todo su cuerpo y Vanesa recita los poemas con los que ha intervenido los cuadros del salón y también canta tímidamente Romina. Alguna baila y gira feliz y Patricia se encarga de mantener el agua caliente de los termos. Inés toma fotos furtivas y las amigas de Meleck, con sus cabelleras algo húmedas por el rocío, se me representan como sirenas canosas o teñidas, indómitas sirenas.
Me pregunto qué hubiera hecho María: reír, acoger, nutrir, estimular, sobar las espaldas de los amigos y compartir las cuitas. Y todo eso regado de poesía, dulces y brebajes calientes.
Nos miramos con Dani y nos decimos “misión cumplida”. Y allí dejo a una parte de mi madre, algo de su materia sutil, al cuidado de un amigo y escoltada por criaturas llenitas de sensibilidad. Puedo imaginarla contenta como en su bulín de Alem, en la vorágine que tanto le gustaba de renovadas compañías, de poetas emergentes, camuflada entre libros, esperando traviesa la ocasión de soplarles un verso al oído.
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Andrea Valentina Crosa dijo...
Abrazo a la gente querida, amigos de siempre y amigos por conocer!
3 de julio de 2015, 2:51
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Ana Bravo
emocionante encuentro (con Meleck viva en nuestros corazones), compartiendo una mañana de poesía, música, colores y mate! Gracias!
2 comentarios:
Abrazo a la gente querida, amigos de siempre y amigos por conocer!
Andrea: ¡¡Gracias por el abrazo... y por estar siempre cerca!!
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