Gracias por tus palabras, disfruté mucho la experiencia y espero poder repetirla de nuevo cuando pueda. Te conté que estoy con horarios estrechos pero el contacto ya lo tengo.
El taller es una apuesta genial y te felicito por cómo lo llevas y lo que el dispositivo produce en las chicas. Lo esencial no es aparatoso, está en el gesto (como ya lo hablamos con la chica que se limpiaba las manos al tomar su regalo-señalador) y eso produce siempre efectos. Mi principal deseo era conocer o tener una aproximación de cómo podía funcionar un taller de escritura-lectura de poesía y que eso produzca efectos positivos. Sé que no fue mucho lo que pude ver pero gracias a lo que me contaste y pude ir captando es una instancia muy humanizante, gratificante para todos los que la transitan.
Si vos decís con razón que un saludo puede cambiar un día, un espacio de hora y media para compartir lecturas, escritos y experiencias de vida de manera libre, afectuosa y con mínimas restricciones, ya es una apuesta mayor hacia la subjetivación de las chicas que muchas veces pueden ser objeto de prácticas alienantes. La apuesta a la subjetividad de ellas pudo generar cosas como la de "pintar sobre los cuadros"!! Ese malentendido me lo llevo jaja el que haya pintado los cuadros no se podría quejar tampoco, ya sabía que no estaban en un museo...
En definitiva, creo que puedo devolverte esta mirada de mi experiencia del miércoles. Encontré lo que yo imaginaba y me llevo un grato recuerdo.
Te mantengo al tanto si veo que es posible hacer algo con Igna. Por lo pronto y analizándolo mejor considero difícil el nexo entre él y el taller, pero ya se verá...
Un abrazo!
Nicolás Herrera
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