rompiendo... la vereda.
Todavía tengo las pestañas frías,
la lengua entre los dientes
y una casita de azúcar
quebrada
por una bombachita
que secó el Zonda
cuando cambié mi sexo
por un caramelo.
Buenas costumbres
un óleo raído
un cajón descolado
“La Revista Dislocada”
y “Los Pérez García”...
Mi padre a la cabecera
de corbata
el mantel blanco, el centro,
mi aro de plata en la estirpe:
Fue así como me separaron
en fracciones desiguales,
fue allí donde anclaron
mi memoria.
Esther Pagano
de su próximo libro "Escombros".
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Unknown dijo...
Hermoso leerte Esther...
10 de septiembre de 2019, 23:21
2 comentarios:
Hermoso leerte Esther...
Gracias por el comentario "Unknown"!! Saludos.
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