La mirada de Gabriel Gómez Saavedra.
El haber participado en la experiencia del Hospital, me puso en la cara, la certeza de que las chicas del Taller, escribían sus susurradas cicatrices y/o versos desde el punto de destino al que aspiramos todos los que andamos recorriendo este camino de cornisas. Porque ahí, en la caja alta del abandonado edificio, las poetas de Moyano nadan el instante de haberle visto el reverso al canto del fondo. Y a ese lugar es al que vamos nosotros, aunque quizás nunca lleguemos por el costo que implica: sulfurarse.
Por suerte, Daniel propuso el juego de intercambiar textos y leernos en las voces de ellas para que, por un rato, seamos en La Poesía.
Les dejo mi agradecido abrazo con las ganas del reencuentro.
Gabriel Gómez Saavedra
Tucumán - Octubre del 2010
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