Compartimos una mirada de Navidad: "Navidad llena" -por Alfredo Leuco desde "Bravo.Continental" por Radio Continental [AM 590]-

24 Dic. 2012 | Alfredo Leuco
Navidad llena

Fue conmovedor lo que pasó este sábado en la Plaza de Mayo. Esa convocatoria solidaria que las víctimas de tanto dolor llamaron “Navidad vacía”. Ese solo concepto ya te hace llorar. Navidad, que es sinónimo de nacimiento, asociado a la palabra vacía que es sinónimo de muerte.

Ese vacío es el agujero negro que tantos hermanos argentinos tienen en el alma porque perdieron lo que más querían en la vida: a sus hijos, a sus padres, a sus hermanos.

La plaza parecía un cementerio navideño. Los 52 arbolitos negros plantados eran un símbolo desgarrador de esa Navidad del luto, de esa Navidad Vacía que pasarán los familiares del siniestro de estación Once. De la tragedia que asesinó a 52 hijos de esta tierra y que se podría haber evitado con más controles y menos corrupción de estado. Ya pasaron 10 meses del horror y los familiares se mantienen erguidos con el reclamo de juicio, castigo y condena a los culpables.

Que nadie quede impune para que nadie más mire para otro lado mientras empresarios mafiosos y funcionarios corruptos se llenan los bolsillos. Cada vez que un gobernante se llena los bolsillos, se vacían las navidades de mucha gente. Ya está claro que la corrupción mata. Vacía las navidades de muchos argentinos. Les arranca sus afectos del pecho. Los destroza por dentro. Quiebra familias enteras. Todas estuvieron en Plaza de Mayo.

Con el abrazo solidario. Con el gesto que contiene y acompaña. Otros familiares con pérdidas similares como los de Cromagnon, Kheyvis, Beara, las Madres del Dolor y de víctimas de la violencia institucional, de la trata de personas, de la violencia de género. Son todas víctimas de un estado ausente.

Que no supo, no quiso o no pudo evitar el siniestro choque del tren en el Sarmiento. Y que hoy se lava las manos frente al reclamo de las familias que se quedaron sin sostén y de los heridos graves, muchos de los cuales no han podido volver a trabajar. Por eso pidieron que los delitos de funcionarios corruptos sean imprescriptibles.

A todos esos argentinos que sufren por la Navidad Vacía yo les quiero enviar esta tarjeta de Navidad hablada. Con mis mejores deseos. Para que la Navidad de cada uno de ellos se llene.

Les deseo que encuentren lo que es de ellos: justicia. Para que sus muertos puedan descansar en paz. A ellos y a todos los argentinos que más sufren les deseo una Argentina donde extirpemos la mentira de estado de una vez y para siempre. Donde no haya demagogia. Donde los gobernantes nos digan la verdad por más dura que sea.

Que no nos oculten ni protejan a los ladrones enquistados en lo más alto del poder, ni los números de la inflación, ni el objetivo de evitar todo tipo de controles de una justicia independiente y de un periodismo vigoroso que no se deje domesticar ni por los latigazos ni por los sobornos en forma de subsidios.

Deseo un país pacificado. Donde se bajen los decibeles de los enfrentamientos a cada rato, las descalificaciones, los insultos, la división social y familiar y hasta de los amigos de siempre que ubica de un lado a los buenos y del otro lado a los malos.

La falta de cohesión, la fractura social es el peor veneno que le han inoculado a esta sociedad desde el poder.

También les deseo y nos deseo tranquilidad y seguridad para algo tan simple como caminar por las calles.

Para llevar a los chicos al colegio y no sentir pánico porque se demoraron unos minutos. Para poder dejar tu casa sola y tomarte unos días de vacaciones sin temor a que te la desvalijen. Porque ningún comerciante tiemble cuando se juntos un grupo de vecinos. El saqueo es la señal más degradante de la condición humana. Ojalá los gobernantes dejen de buscar culpables y encuentren soluciones para esa cara oculta de la Argentina.

Para esos miles y miles de desocupados, excluidos, marginales que también son argentinos aunque desde la cima del poder solo quieran mostrar lo bueno. Hay que llenar la Navidad de los que la tienen vacía. Esta noche, a la hora del brindis con la familia o con los amigos, es de bien nacido hacer un lugar en nuestro corazón para ellos.

Para los que sufren, para los que nada tienen, para los que pelean para no quedar afuera del mundo. Hay que llenar la Navidad de ellos con abrazos solidarios, con mayor compromiso social, con menos individualismo, con más hermandad. Para que en Navidad renazca la esperanza. Para que las navidades vacías se llenen de esa esperanza…

Fuente:
http://www.continental.com.ar/opinion/bloggers/alfredo-leuco/blogs/758356.aspx