Próxima Reunión: miércoles 25 de SEPTIEMBRE de 2024, 10 hs. ¡¡ FELIZ 2024 !!
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IMPORTANTE: VER AL PIÉ DE ESTA PÁGINA EL "ORGANIZADOR / ÍNDICE" (desde donde se puede llegar directamente a todas las entradas del blog).
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Reunión miércoles 30-08-2017: la mirada de Carlos Terzano
¡Qué día de miércoles! ¡Qué buen día de miércoles!
y sí, es un miércoles, y un final de agosto y un día de sol. A pleno. Él y nosotros. Con ventanas cómplices de este acuerdo tácito de luz y nacimiento. Es que en ese tiempo que estuvimos, el tiempo confirmó a Kant. Nos sentimos actores de una poética que era conjunta. Conjuro de poesía en acción. Acción y estar.
Es estar ahí, en cuerpo y alma, trillada y muchas veces humillada pareja de palabras. Es descubrir. Descubrirme en cuerpo y alma. En luz. En todo sentido. ¡Entodosentido! En un sentir total. Es un percibir, escuchar, mirar. Alguno quiso hacer que algún otro hiciera como si no lo escuchara. Imposible en la no posibilidad de ese alguno con su mirada que lo miraba.
Es ingresar esperando que el transcurso de los acontecimientos nos lleve tomados de la mano a esos lugares de fiestas y sorpresas, donde suponía que no las hay.
Es que me hable un libro de tapas amarillas, Me cuente de ella y sus canciones con la voz del amor, de la fragilidad, de la temprana inocencia. Cada tanto, el libro de poemas se cerraba. Dejaba que ella paseara o que hablara con sus propias palabras. Con la última hoja, llegó una lágrima, la de ella, que se escurrió por un pasillo de adioses sin un último adiós.
Es un pincel el que me habló de la otra ella y de sus mandalas y témperas y silencios. Pintó cada mandala como único. Nos pintó, únicos. Ella y su silencio me muestra la pintura, la observación profunda, la vida viviendo en otro idioma. El pincel le guiaba la mano y se detenía en determinados momentos en el que consideraba que ella debía escuchar. Y escuchó cada gesto, cada mirada, cada mate convidado. En una síntesis de poesía a martillazos, escuché a sus ojos. Una larga y profunda oralidad que entró a cataratas en mí. El adiós fue una sonrisa que todavía perdura.
El libro y el pincel por un rato se olvidaron del lugar, de los porqués. Nos regalaron a Ellas. A ellas y a sus presentes. Yo… apenas le devolví mi ausencia de quince días.
“Mi existencia camina / por el sendero secreto / de tu sueño”.
Este texto intenta traducir lo que sentí y viví en esta reunión del miércoles 30 de agosto. Sé, lo siento, que no podré trasmitirles esta vivencia. Quizás, por eso, el texto que precede estas líneas, logra que vayan por el borde, creerán, como yo, que lo logran, que están adentro, que pueden asir a la mencionada cosa. No quiero caer en eso. Quiero seguir yendo más adentro. Los invito a acompañarme.
y sí, es un miércoles, y un final de agosto y un día de sol. A pleno. Él y nosotros. Con ventanas cómplices de este acuerdo tácito de luz y nacimiento. Es que en ese tiempo que estuvimos, el tiempo confirmó a Kant. Nos sentimos actores de una poética que era conjunta. Conjuro de poesía en acción. Acción y estar.
Es estar ahí, en cuerpo y alma, trillada y muchas veces humillada pareja de palabras. Es descubrir. Descubrirme en cuerpo y alma. En luz. En todo sentido. ¡Entodosentido! En un sentir total. Es un percibir, escuchar, mirar. Alguno quiso hacer que algún otro hiciera como si no lo escuchara. Imposible en la no posibilidad de ese alguno con su mirada que lo miraba.
Es ingresar esperando que el transcurso de los acontecimientos nos lleve tomados de la mano a esos lugares de fiestas y sorpresas, donde suponía que no las hay.
Es que me hable un libro de tapas amarillas, Me cuente de ella y sus canciones con la voz del amor, de la fragilidad, de la temprana inocencia. Cada tanto, el libro de poemas se cerraba. Dejaba que ella paseara o que hablara con sus propias palabras. Con la última hoja, llegó una lágrima, la de ella, que se escurrió por un pasillo de adioses sin un último adiós.
Es un pincel el que me habló de la otra ella y de sus mandalas y témperas y silencios. Pintó cada mandala como único. Nos pintó, únicos. Ella y su silencio me muestra la pintura, la observación profunda, la vida viviendo en otro idioma. El pincel le guiaba la mano y se detenía en determinados momentos en el que consideraba que ella debía escuchar. Y escuchó cada gesto, cada mirada, cada mate convidado. En una síntesis de poesía a martillazos, escuché a sus ojos. Una larga y profunda oralidad que entró a cataratas en mí. El adiós fue una sonrisa que todavía perdura.
El libro y el pincel por un rato se olvidaron del lugar, de los porqués. Nos regalaron a Ellas. A ellas y a sus presentes. Yo… apenas le devolví mi ausencia de quince días.
“Mi existencia camina / por el sendero secreto / de tu sueño”.
Este texto intenta traducir lo que sentí y viví en esta reunión del miércoles 30 de agosto. Sé, lo siento, que no podré trasmitirles esta vivencia. Quizás, por eso, el texto que precede estas líneas, logra que vayan por el borde, creerán, como yo, que lo logran, que están adentro, que pueden asir a la mencionada cosa. No quiero caer en eso. Quiero seguir yendo más adentro. Los invito a acompañarme.
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